¡Cómo influimos y medimos, mamita!

Mucho, pero mucho-un-montón influye este blog. Y si no, lea esta carta de lectores publicada en Clarín:

"Luchadores temibles de corazón tierno"

No soy un entendido del rugby, está claro. Tal vez, tanta idiosincrasia futbolera me hizo descubrir tarde este juego, deporte o representación de lucha primitiva por la tierra, no lo sé. De lo que sí estoy seguro es de que me han arrancado lágrimas estos compatriotas a los que, confianzudamente, llamamos "Los Pumas". Creo que deberían condecorarlos con alguna orden del deporte y del patriotismo, palabra que no está de moda, claro. Se están enfrentando sin más recursos que sus huesos, pero sin menos que con una inteligencia prodigiosa, con las grandes potencias de este simbólico juego. Nos están dando un ejemplo en el cual deberíamos espejarnos ya todos los argentinos. Muestran lo que verdaderamente somos, unos luchadores temibles, con el corazón tierno. Lo demuestra claramente la imagen de Roncero, el número uno de la Selección argentina, que luego de cada partido sale corriendo a alzar, dulcemente, a su pequeña hija, después de saborear la victoria ante los hombres más rudos de la Tierra. La clave será, tal vez, vernos y tratar de comprendernos, lo que somos será mejor que lo que imaginamos que somos. "Endurecernos sin perder la ternura" parece ser ahora el legado de Los Pumas.

B.R.

(Omito nombre y mail del autor, el que quiera, que compre Clarín)