domingo, enero 19, 2014

¿Qué te pasa La Nación, estás nervioso o te olvidaste de medir?

Ayer sábado, llega a nuestra mesa de trabajo (?) de manos de un compañero el recientemente horneado informe del Ministerio de Trabajo que habla con un título muy poco claro (?) de "La disminución de la conflictividad laboral en 2013: menos conflictos, menos huelguistas, menos jornadas no trabajadas".
Duermo un día en postearlo porque tuve cosas que hacer (?!) y esta mañana, cuando me acerco a la puerta de mi domicilio en calzoncillos a recibir el único diario que leo en papel los domingos me encuentro con el increíble título principal de La Nación que reza "En 2013 hubo tres paros diarios y el Gobierno cree que habrá más". Muchachos: ¿se volvieron todos locos ahí?
La nota destrata la información que surge del informe, que se viene realizándose desde 2006, y la condimenta con declaraciones de la CTA y del inefable Observatorio de la UCA. Busca señalar que hay una conflictividad sindical descontrolada y a punto de estallar, lo que para nada surge del informe.
Así, el diario minimiza u oculta que:

  • En 2013, por primera vez desde 2008, se registraron menos conflictos con paro que el año anterior.
  • En 2013 hubo menos huelguistas que el año anterior, en un nivel que fue mayor que el de 2011, pero menor que el de 2009.
  • El promedio de huelguistas por conflicto es uno de los más bajos de la serie.
  • El promedio de jornadas de paro por huelguista es menor que en 2006, 2007, 2009 y 2012.
  • Los conflictos con paro en el ámbito estatal sólo se redujeron de un año a otro en 2008 y 2013.
  • Los conflictos con paro en el ámbito privado no dejan de subir desde 2007, pero en 2013 hubo sólo cuatro paros más que en 2012.
  • Las jornadas no trabajadas en el sector privado en 2013 fueron de las menores de la serie. Sólo 2006 y 2011 fueron mejores años en este aspecto.
Pero más allá de maltratar los datos, la nota nada dice de esta interesante conclusión que está en español y en el informe de marras. Se refiere, sobre todo, al casi constante aumento de la conflitictividad laboral en el lugar de trabajo que viene registrándose desde 2006.

Como se aprecia en el gráfico 3, la tendencia al incremento del número de conflictos laborales se verifica exclusivamente en los conflictos acotados a empresas o lugares de trabajo. Por el contrario, la cantidad de disputas que involucran al conjunto de los establecimientos de una rama de actividad económica se mantuvo constante en estos años, oscilando en torno a niveles medios del período.
 Se trata de dos tipos de conflicto de configuraciones y lógicas diferentes. Los conflictos de rama suelen involucrar a una gran cantidad de trabajadores, por lo que su comportamiento da cuenta en gran medida de la evolución de la cantidad de huelguistas y de jornadas no trabajadas (ver gráfico 2). Las demandas de incrementos salariales son predominantes en este tipo de disputa, en la medida en que en este nivel se recortan los actores e interacciones que conforman las negociaciones paritarias en nuestro país.
 Los conflictos acotados a los lugares de trabajo comprometen un número reducido de trabajadores y son impulsados por demandas más variadas y específicas. Estudios realizados por el MTEySS permiten afirmar que el incremento este tipo de conflictividad durante el período se debe al proceso de expansión y fortalecimiento de las organizaciones sindicales en los lugares de trabajo, en el marco de la revitalización del actor sindical que tiene lugar desde el año 2003. Esta afirmación es consistente con la importante bibliografía que existe sobre el tema, que vincula el incremento de la conflictividad con períodos de crecimiento económico y de expansión de los derechos laborales y sindicales como el que se dio en la Argentina en la última década.
 La afirmación anterior contrasta con las interpretaciones de sentido común que asocian el incremento de la conflictividad con los fantasmas de "la crisis" y "el ajuste", y restituye al objeto de estudio su complejidad. El incremento en los conflictos localizados tampoco expresa en este período una “descentralización de la conflictividad” como la que tuvo lugar en la década de los 90, cuando los sindicatos estaban a la defensiva y en retirada, abandonando los lugares de trabajo como espacio activo de intervención.

Bueno, cualquier cosa, véanlo.

viernes, enero 17, 2014

Periodismo militante para medir: ¡amo este programa!



Mary O'Grady, la vieja conocida editorialista del Wall Street Journal que esta semana volvió a criticar al gobierno argentino -al igual que lo hace con casi todos los gobiernos de la región- dijo en una entrevista antes de las últimas elecciones presidenciales en su país:


"Creo que (los dirigentes republicanos) Ron Paul o Mitt Romney serán un mejor presidente que Obama".


Sabemos, porque ya lo ha dicho, que esta es la gente que le gusta a la presidenta Cristina Kirchner. La que expone sus preferencias políticas de frente.

martes, enero 14, 2014

In English, Macri. Para medir




Me enteré por un enlace que compartió María Esperanza Casullo. Dice Thomas Abbot, del Council on Hemispheric Affairs:


  • "La posición del jefe de Gobierno porteño es poderosa, lo que le da a Mauricio Macri un gran margen de independencia".
  • "Macri tiene el poder institucional y diplomático como jefe de Gobierno de generar grandes cambios en atacar los temas vinculados a la pobreza en la Ciudad. De todos modos, no ha hecho un eficiente uso de ese poder y ha fallado en dedicarse a los problemas que enfrenta la ciudad". 
  • Macri ha gastado su tiempo y los fondos de la Ciudad en proyectos de planeamiento urbano que benefician a los argentinos ya beneficiados".
  • El presupuesto propuesto para 2014 indica el más bajo gasto en vivienda social de la última década, con un 19 por ciento de reducción con respecto al año pasado, como parte de una trayectoria de fondos declinantes para aquellos que viven en viviendas improvisadas o informales".
  • Las políticas del Gobierno porteño indican un "poderoso abordaje regresivo en materia educativa".

lunes, enero 13, 2014

Lo que mide es medir: noticias del Este





Dice la revista Foreign Policy:

Durante siglos, uno de los problemas políticos más acuciantes de la China imperial fue el equilibrio de poder entre las autoridades centrales y locales. Los éxitos y los fracasos del gobierno dependían en gran medida de cómo se manejó esta relación. Un sano equilibrio determinó largos períodos de prosperidad y estabilidad. Lo contrario llevó a golpes y contragolpes de estado -y a veces la desaparición de las dinastías-.

(...)

En sus 64 años de historia, la relación entre las autoridades centrales y locales, ha pasado por lo menos tres fases. La primera, entre 1949 y 1956, fue un período de centralización al estilo soviético. Impulsado por la necesidad de consolidar el poder político y reanimar una economía paralizada, el partido importó el modelo soviético y Beijing reinó suprema.

Pero a partir de finales de 1950, Mao Zedong supervisó una descentralización a través de-la-junta de poder.

(...)

El pleno más reciente (del Partido Comunista Chino, en noviembre pasado) ha renovado por completo esta estructura. En lo que fue quizás la mayor reforma de la gobernanza política china en décadas, los líderes del partido anunciaron que China ahora tiene un solo presupuesto nacional, con los ingresos y el gasto unificador firmemente bajo el control de Beijing. Bajo este nuevo sistema , el gobierno central asumirá autoridad casi total sobre el gasto nacional. Las responsabilidades administrativas como la supervisión de proyectos de infraestructura y la prestación de atención de salud serán más claramente delineados entre Beiging y los gobiernos regionales y locales. Se normalizarán reglas sobre pagos de transferencia entre los gobiernos central y locales. Y Beijing se hará cargo de la gestión directa de las deudas de los gobiernos locales .

Estos cambios resultarán fundamentales para el desarrollo a largo plazo de China . El nuevo mecanismo de sistema fiscal y el control de la deuda ayudará a evitar que los gobiernos locales hagan mal uso de los recursos para alcanzar los objetivos económicos a corto plazo . Y con su nueva capacidad de gasto, el gobierno central puede financiar las políticas sociales necesarias en los próximos años.

(...)

Ahora, Beijing será capaz de asignar más recursos nacionales a los bienes públicos como la Salud, la Previsión Social y la educación, permitiéndole a los migrantes rurales convertirse en habitantes de las ciudades en toda regla.

Foto.