Releyendo una vez más, me encontré con esta frase de Alice Amsden, siempre tan actual:
"Los conflictos inherentes al mercado se aplican a todos sus usuarios, (países) ricos y pobres. Pero los conflictos son más agudos entre los menos dotados. Los países con baja productividad requieren bajas tasas de interés para estimular la inversión y altas tasas de interés para inducir a la gente a ahorrar. Necesitan tipos de cambio subvaulados para impulsar exportciones y tipos de cambio sobrevaluados para minimizar los costos de pagar deuda tomada en el exterior y acceder a importaciones (...). Tienen que proteger a nuevas industrias de la competencia extranjera, pero necesitan libre comercio para lograr sus necesidades de importaciones. Ruegan por que haya estabilidad para crecer, para mantener su capital en casa y para dirigir la inversiones hacia emprendimientos de largo plazo. Sin embargo, el prerrequisito para tener estabilidad es el crecimiento".
"Bajo esas condiciones desequilibrantes, el rol del Estado en la industrializción tardía es mediar en las fuerzas de mercado. El Estado en la industrialización tardía ha intervenido para atender las necesidades tanto de ahorristas como de inversores, tanto de exportadores como de impurtadores, creando múltiples precios (...) De hecho, el Estado en la industrialización tardía ha fijado precios deliberadamente "mal" en orden de crear oportunidades de inversión".