Salgamos del closet y midamos

A mí me gustan las comedias románticas.
Ya está, ya lo dije.
Me sé los diálogos de Cuando Harry Conoció a Sally. Así nomás. "There is too much pepper on my paprikash"."I don't want the ice cream on top, I want it on the side". Todo eso.
Ahí donde la ves, una comedia romántica es una cosa bien difícil. Es como una gran coreografía donde el timing de la historia, de las palabras, de los gestos tienen que funcionar como un reloj, pero a la vez lograr que no parezca que hay hilos por detrás. Lo que a su vez no es fácil porque, seamos sinceros, ¿qué tiene que ver una "comedia" con el amor, con el "romance"?
Lo que ocurre en una comedia romántica nunca pasa. Es inverosímil. Es como Duro de Matar 4. No es así la vida. Pero la ves, la ves de punta a punta.
A quienes nos gustan las comedias románticas las vemos todas en busca de algo que no existe, que es la "comedia romántica perfecta".
Por ejemplo, el otro día me vi 27 Dresses, que es una verdadera porquería, pero claro, uno está ahí, se engancha con un diálogo y se banca alguno que otro tramo que dura demasiado a la espera de que se produzca una escena que, bueh, no les puedo explicar todo.
Pensaba estas cosas mientras veía algunos cuestionamientos al Gobierno "por izquierda". El obispo de San Isidro por los jóvenes que no estudian ni trabajan, la diputada Giudici por la Asignación por Hijo, varios por las jubilaciones.
Y esto viene a cuento de qué: de que la política no se trata de "un listado de medidas".
Porque si así fuera, bueno, dale, ya hicimos esta medida vení y ayudanos. Copate, pusimos la Asignación por Hijo o metimos una ley para actualizar dos veces por año las jubilaciones y bueno, no seas botón, sumate y ayudanos.
Monseñor Casaretto y toda la Pastoral Social se la pasaron pidiendo la Asignación por Hijo. Y bueno, ahí está. Pero ahora se quejan de que se desvíen esfuerzos en el "matrimonio gay" cuando "lo importante es la pobreza".
El corcho-progresismo busca quedar a flote oponiéndose a todo aunque ya se hayan tomado ¿cuánto? ¿el 60 por ciento de las medidas que han pedido históricamente?
Y por eso me gusta pensar que los proyectos políticos son como lo que ocurre con las comedias románticas. Primero: no existen perfectos. Pero el chiste está en seguir buscando esa perfección que nunca llegará.
Además, con los procesos políticos concretos pasa lo que con La boda de mi mejor amigo. Te bancás más de diez minutos o no. Sos un personaje semejante como para engancharte a ver una de esas películas por decimonovena vez en cable o no lo sos. Pero no me vengas con que "la puesta en escena es demasiado pretenciosa" (?).
¿Tu negocio es ser opositor? No hay problema. Pero no vale esgrimir que no te parece la reglamentación de la ley de perros mojados.
A algunos nos parece bastante bien lo que hace el Gobierno. Desde hace rato. Desde antes que en esta gestión estatizara las AFJP, impulsara la Ley de Medios, la Asignación por Hijo, el matrimonio gay, impusiera a una economista heterodoxa en el Banco Central y -ojalá- apure una nueva ley de bancos.
Y podemos seguir con el listado. Pero no importa eso. Porque en el amor, como en la política, como en las comedias románticas, le podés dar muchas vueltas pero al final es como le dice la gordita Dorothy a Jerry Maguire en la película homónima:
"You had me at 'hello'".

(Y no vale correrme en los comentarios con "show me the money").