sábado, septiembre 26, 2009

¿Y a mí qué mierda me importa, si no miden?

Guillermo O'Donnell escribió grandes trabajos. De uno de ellos, de 1984, ("¿Y a mi, qué me importa? Notas sobre sociabilidad y política en Argentina y Brasil") me acordaba estos días, cuando veía el episodio de la jueza en lo contravencional y de faltas Rosa Parrilli
"No me trate mal, pase por la ventanilla de al lado, mal educada", le dijo a la jueza una de las empleadas que trabajan en la playa de infractores de la empresa SEC.
El texto en cuestión tiene algunas partes memorables. O'Donnell cita la frase en portugués, escuchada en las calles de río "¿Voce sabe com quem está falando?". En las calles de Buenos Aires, quien quiere reforzar su jerarquía utiliaza el "¿Ud. sabe con quién está hablando?". La diferencia es que entre los porteños hay una respuesta: "¿A mí qué me importa?" o mejor, "¿Y a mí qué mierda me importa?". (¿Tendrá que ver con la historia del Siglo XX en este país?).
O'Donnell destaca también cómo "solícitos" y "simpáticos" se mueven los mozos y taxistas cariocas, reforzando una diferencia social, mientras que sus pares porteños "suelen hacer una serie de gestos, aproximaciones y omisiones alto tal vez antipático (pero que francamente me parece preferible): dejar en claro que no están sirviendo, están trabajando".
Luego, el autor razona que "el régimen implantado en 1976 secuestró, torturó, asesinó, adquirió una deuda externa pero que tanto per cápita como en términos de exportaiones es superior a la de Brasil (...) e hizo muy pero muy peligroso (...) responder '¿Y a mí qué me importa?' con o sin 'mierda'".
Y luego: "La confrontación del '¿Y a mí qué mierda me importa?' impugna la jerarquía pero no la cancela y -agrego ahora- ocluye los espacios de generalización, es decir, de elaboración de una relación más o menos estable, y relativamente aceptable para las partes. Entonces, sólo queda seguir re-actuando esa relación, o que el 'superior' logre imponer violentamente otra, más 'respetuosa'".
Han cambiado muchas cosas. Ver a Mauricio Macri al lado de las trabajadoras de la empresa SEC agredidas no deja de ser una cosa interesante.
Y podríamos pensar ¿qué jerarquías se quieren reforzar en la Argentina de hoy? ¿Qué fuerza tienen los sectores que pueden todaví adecir '"y a mí qué mierda me importa?". ¿Y qué más habría que decir, además de eso?

Autor de la foto.

4 comentarios:

diegohernan dijo...

Esta muy bueno lo que planteás. Es un momento complicado para afirmar algo positivo en torno a la existencia de la clase media, pero la verdad es que siempre es mejor que los trabajadores se consideren eso y no sirvientes.

Terminamos siempre en lo mismo, en el conflicto social. Una más en contra de la miradas sobre la exclusión que construyen desde la caridad o la piedad.
Una a favor, hay que decirlo, de los liberales. Acá un liberal diría que las libertades políticas están bien relacionadas con las capacidades económicas de una persona. Pero hasta ahí nomás...

Sobre Macri rodeado de las morochas: es un oportunista, no veo mucho más. El tipo dice "es el momento, el racismo/clasismo de la jueza fue enunciado inoportunamente, y yo lo voy a aprovechar para que crean que pienso bien distinto a la jueza".

Muy bueno el blog :P

Saludos!

Iván dijo...

Todavía sobrevive el "a mi qué me importa". En el caso de la jueza Parrilli, cuando se acerca al segundo controlador se escucha en la grabación "yo soy abogada... usted haga su deber" a lo que el controlador responde "Ese es su problema. Yo no le pedí el título"

Anónimo dijo...

La unica jerarquía que hay que promover... IGUALDAD ANTE LA LEY
Saludos
Pablo

pase y hablè dijo...

Si no fuese montonera la jueza ,no me gusta nada el barullo que han hecho.
Pero la mujer es monto ,asì que fuè a despreciar siendo de izquierda LO QUE ES UN CONTRASENTIDO.