martes, junio 12, 2007

Desvaríos sobre el fin del progresismo que no mide

El progresismo (porteño claro, siempre lo fue) llega a su fin tal como lo conocimos con el triunfo de Mauricio Macri en la capital. Como decíamos ayer que decíamos otro día, si bien no se puede explicar el tema con una única causa, las gestiones de De la Rúa / Olivera y las dos de Ibarra tienen mucho que ver en lo que sucede por estos momentos en la capital. Algunas cuestiones que se me ocurren con respecto a estas (varias repito, perdón):
  • ¿Qué es el progresimo? Recuerdo que una vez dialogué con una persona ex PJ renovadora que luego derivó en Frepaso. Al explicarme las líneas directrices de la gestión bonaerense de Duhalde en cuanto a obras públicas en las barriadas más pobres me explicaba por qué el Cabezón elegía hacer asfalto y no cloacas (lo que realmente se necesitaba, según cualquier experto). "Si a los hijos de esta gente no se le embarran más las zapatillas cuando van a la escuela, te votan toda la vida". Bueno, el progresismo viene a ser esa forma de encarar la política que evita tanto la primera parte de la premisa, como la segunda. Es decir: no hace el asfalto (quién sabe por qué) ni siquiera para intentar alcanzar el espúreo objetivo de que la gente te vote toda la vida. Quizás sea que el progresismo está en contra de que haya alguien que te vote toda la vida, porque eso es antirrepublicano, porque cercena la libertad individual o no sé qué. El progresismo tampoco hace las cloacas, no se preocupen.
  • ¿Es tal la crisis de ese sector? ¿Qué votaba la gente cuando votaba a De la Rúa o a Graciela Fernández Meijide o a Chacho Alvarez? ¿La revolución socialista? Temo que no y que el cambio de voto que se percibe puede no ser tal. ¿Y cuando votaban a Carrió?
  • Aquella proverbial decisión de esquivarle el bulto a la gestión que tenía el preclaro Chacho Alvarez (en varias dijo no voy de candidato a jefe de Gobierno porteño) ¿no sería en realidad por la conciencia de que su partido se trataba de una banda que no podía gestionar casi nada?
  • El ibarrismo se une con el riquismo en un punto. La duda es la jactancia de los intelectuales. El dos veces ex jefe de Gobierno porteño jamás dudó un segundo si transar o no con el sindicato de empleados municipales. Simplemente pactó desde el comienzo. Los resultados, a la vista (recuérdese que este blog no está en contra de los sindicatos, sí de las decisiones políticas idiotas).
  • También llega a su fin una premisa del chachismo explícito. "Para qué voy a hacer un acto si hablo por la radio y me escucha más gente". Ningún partido sin incidencia territorial real le podrá ganar al kirchnerismo o al centroderecha.
  • Alguien me dijo ayer: "Kirchner logró lo que nadie, logró que el centroderecha logre concretar su primer movimiento de masas" (por la elección en capital). Imagínense lo que se va a necesitar remar para hacer el primer movimiento progresista de masas.

8 comentarios:

manolo dijo...

Escriba
Lo suyo demoledor.
Si MM, como los chocolates, no se derrite cuando empiece el calor; tendremos liberalismo porteño por varios periodos.
Siempre queda la esperanza del conflicto interior en el PRO.
Tecnócratas vs. Asistencialistas, la vieja guardia de Macri contra los Gabrielitos.
El reposisionamiento de la casi Vicejefe, no es gratuito.
El reconocimiento de la Jefatura Espiritual del Compañero Cardenal, tampoco.
Un abrazo

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

En todos lados hay internas, pero creo que van a tener un par de añitos de luna de miel.
Qué suerte que le gustó el post
Saldos

Primo Louis dijo...

Escriba, coincido con lo expresado sobre el progresismo porteño (o ladriprogresismo como le dice artemio). Pero tengo la sensación de que el "porteño medio" lo sabe, lo que pasa es que, si bien quiere que nada cambie (al menos en términos de desigualdad) no es capaz de reconocerlo abiertamente.
Sostiene un discurso ético exculpatorio como el del cine posdictadura ("¿donde estabamos cuando sucedia esto? no se sabía lo que pasaba!") pero en definitiva las opciones políticas que se toman son aquellas más gatopardistas que le permiten sentir que "la gente de bien" vota por un cambio y "los políticos corruptos" abusan de su confianza.
En este marco, ¿no parece lógica la estrategia medieval de Carrio con u discurso moral? ¿o lo de macri marcaría el fin de esa moralina y el sinceramiento de que no les importa nada?

Salute!

Anónimo dijo...

Escriba, no se olvide de todos estos seudoprogresista, exdiputados tipo Rodil, que ahora adhieren a la candidatura de Lavagna, osea, Macri, osea López Murphy. Ese desvarío trasciende las fronteras partidarias del progresismo. A veces, dentro del FrePaSo, digo, parece que por izquierda o por derecha muchos estaban espiando.
Saludos
Bergoglio conducción

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Saludos al cardenal.

Anónimo dijo...

Coincido con manolo, muy bueno el post, e internas hay en todos lados, pero me parece que en éste caso falta bastante tiempo para llegar a eso...está en una parábola ascendente!

Ruso

Anónimo dijo...

cual es la base social del progresismo?
a) los universitarios de clase media "consolidada", que identifican sus ideas abstractas acerca de la justicia con el sufrimiento de los que sufren? Los límites políticos de este sector son los mismos que los del ladri-progresismo: sus intereses concretos contradicen su propio discurso (un ejemplo claro: los comerciantes palermotudos queriendo reubicar a los "indeseables" vendedores ambulantes)
b) los vastos sectores medios "estado-dependientes"? Este sector va a jugar conforme el microclima de cada repartición, que a su vez conforma un engranaje más del amplio sistema de lealtades constituido por la promesa vana de la incorporación a planta permanente...
c) los, para llamarlo de algún modo, "productores culturales? Este sector tiene una agenda definida, y hete aquí que siempre esa agenda coincidió con las candidaturas de "progres" hacia la "izquierda". Quizá este haya sido el sector que de forma más compacta a actuado, más allá de la diversidad de conductas políticas individuales....

El problema es que, finalmente, tenés una derecha que ya no viene persiguiendo moros con la cruz por delante para luego asistir a un té canasta, sino una derecha de pelo largo, que toca rock and roll, que se divorcia y sale de joda a la noche...Es decir, una derecha que "perfora" esa suerte de "identidad cultural" progresista.
En ese contexto, tal vez haya que confiar en que la frustración acumulada es tanta, pero tanta, pero tanta, que el mismo "voto bronca" de hoy se vuelva mañana contra quienes hoy sacan provecho de él.

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

No es tan así. Muchas señoras y señores que están lejos del rock votan derecha (no quiero caer en la figura de "doña rosa", pero...). Y a esto sumale a los católicos como michetti que están bien lejos del rock, aunque hayan tenido que divorciarse, muy a pesar del Señor.
Bueno el último párrafo.
Saludos