viernes, mayo 18, 2007

La valijita al final midió: la patria contratista, no

De los diálogos que publican hoy Clarín y La Nación del auditor interno de Skanska, Claudio Corizzo y el ex gerente comercial Javier Azcárate surgen las menciones a los funcionarios echados por el Gobierno Néstor Ulloa y Fulvio Madaro. Los organismos se llevaban el 5 % de 200 millones de dólares, se dice allí. El tema está en manos del juez federal Guillermo Montenegro (¿no era adicta la justicia federal?).
Pero también allí surge la conocida operatoria de la "Patria Contratista", esa a la que algunos académicos llaman -¿se entiende ahora por qué?- "oligarquía diversificada" y que ganó con:

a) Las obras públicas de la dictadura de Onganía - Krieger Vasena.
b) La dictadura militar y la valorización financiera entonces inaugurada.
c) La promoción industrial, durante la dictadura y la década del 80.
d) Los negocios financieros y las privatizaciones durante la década del 90.
Son las empresas que ganaban con el Estado y que después lo destruyeron, las que hacían el dinero del Estado, las que se endeudaron en el exterior y luego transfirieron deuda a todos los argentinos, las que -previa valorización financiera interna- fugaban divisas.
Dijeron los ejecutivos:
CC: Es el único caso que la guita volvió y la tocaron o tiene más casos?
JA: La Pampa.
CC: Qué quilombo. Bueno, qué pasó con La Pampa.
CC: —¿Participó Techint?
NN: —Sí.
CC: —Lo metieron en el consorcio.
JA: —No, Techint (no se interpreta) lo puso a hacer el proyecto (...). Fue por eso que nos compraron históricamente. Ese fue el primer error del Estado. O no entrás o si entrás aceptás que estén en el proyecto. Techint, por su lado, juntaba la guita.
CC: —¿Quién era el tipo de Techint?
JA: Carlos Bache (Bacher). Habla con Sabaleta, director financiero del holding.
(...)
JA
: —A ver de dónde carajo (los) sacábamos...
CC: —Conseguían a uno. Con sobrefacturación o no, depende.
JA: —Depende.
CC: —Y acá la línea la valijita (sic).
JA: —La valijita la consolidábamos en Techint o la consolidábamos nosotros o la venían a buscar de La Pampa o se la llevábamos a La Pampa. En el último tiempo pasaba lo mismo (...) Es lo mismo dársela a un tipo en un café o dársela a Techint para que se la de a un tipo en un cafe (...) Nos turnábamos para que no te peguen un tiro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece muy bien que, ante el caso Skanska, todos recordemos y condenemos a la "patria contratista". Pero que no sirva eso para distraernos del tema fundamental: determinar si existe o no un gobierno lleno de mafiosos. La "patria contratista" había sido efectivamente desmantelada en los 90 (es cierto que se la desmanteló parcialmente mediante la entrega de la obra pública a esa misma "patria contratista" a través de las privatizaciones). Ahora, en los últimos 4 años, pareciera que cuidadosamente se la rearmó por decisión del Estado. La actual estructura no es una "rémora del pasado", una "mochila cuasi cultural" o cosa por el estilo. Pareciera ser más bien el fruto de una decisión consciente.

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Anónimo: No conozco ninguno de esos patriotas a los que los hayan "desmantelado" en los 90.
No me gustan las mafias a mí tampoco, pero eso no me dice demasiado sobre qué hacer. No estoy de acuerdo con que con eso se arreglan las cosas. Ni a Carrió, ni a López Murphy, ni a mí nos gustan las mafias y sin embargo no compartimos proyecto.
No robar es algo que hago bastante habitualmente ¿y con eso?
Saludos

Anónimo dijo...

Debajo del bordado fino de esta noticia aparece una fuerte arpillera, aburrida por conocida. El gobierno de turno, en el papel de proxeneta, procede a desvestir a la ciudadanía para que la viole el conglomerado empresarios corruptos / funcionarios corruptos.

En mi opinión la nota de Escriba, al presentar el caso como una continuidad, no defiende al gobierno actual. Más bien lo entronca en una tradición repugnante.

Mariano T. dijo...

La patria contratista y la patria coimera son una la imagen especular de la otra: Con la mano tendida.
Y eso va a suceder mientra haya obra pública, o mientras los argentinos no defenestremos al toque a los que coimean. De última son todos hijos de nuestra tolerancia.

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

OK, defenestremos a los que pagan y a los que cobran, a ver con qué país nos encontramos luego. Avanti.
Saludos