miércoles, noviembre 01, 2006

¡ Mide un montón la discusión !

Pensemos junto a Maristella Svampa. Va la frase:
"En Menem hubo una necesidad de vaciar de contenidos conflictivos al peronismo y por eso liquidó el legado de la tradición nacional-popular. Con Kirchner se pone de manifiesto la posibilidad de reactivar esta tradición. Pero creo que es muy difícil realizar un rescate cabal cuando este vaciamiento de los ’90 vino acompañado de la pérdida de una de las dimensiones fundamentales del peronismo, el igualitarismo, que era un contenido muy fuerte dentro de esas formas que evocaban lo plebeyo y el desborde de las masas. No se ve en el kirchnerismo, más allá de la ilusión, que la dimensión igualitaria tenga un rol fundamental. A veces es muy difícil volver sobre los pasos. Discrepo con ciertas lecturas que se ha hecho del peronismo como populismo, por ejemplo la de (Ernesto) Laclau".
"A través del peronismo, Laclau realiza una interesante y sutil lectura del populismo, en términos que aluden a éste como una suerte de significante flotante o vacío en permanente disputa, según los textos. Considero que la lectura de Laclau no pone el acento en las discontinuidades o en los puntos de no-retorno que producen los mismos hechos históricos. En ese sentido, tiendo a pensar que los ’90 instalaron un punto de no-retorno en ese proceso de disputa y resignificación político-cultural de la tradición nacional-popular, en la medida en que el peronismo liquidó su dimensión igualitaria que, más allá de los avatares y pragmatismos pasados, formaba parte de su núcleo duro. Además, mientras no se plantee una verdadera ruptura con el legado neoliberal, propio de los noventa, la reapropiación de dicha tradición va a quedar en el terreno de la ilusión populista, para unos; en el del conocido cinismo, para otros".
"Cada vez me convenzo más de que la disolución de la dimensión igualitaria del peronismo y la negación del pasado noventista hoy aparecen desplazados en su centralidad por el “setentismo”. Pero el setentismo del que hablo poco tiene que ver con los esquemas binarios del pasado o con los discursos emancipatorios de otras épocas. Si bien no creo que sea una cuestión de revancha generacional, como suponen erróneamente algunos, lo que sí está fuertemente presente en muchos de los que apoyan a Kirchner es que para toda una generación este gobierno representa algo así como “la última oportunidad”. Aunque de manera diferente a la del pasado, los setentistas de la era K tienden a confundir nuevamente la posibilidad del fracaso con el fin de la historia. El cruce de estas variables, a las que habría que agregar aquellas propias del escenario latinoamericano actual, hace que éste sea un momento cargado de ambigüedades, de tensiones y, sobre todo, de dobles discursos. Un momento en el cual la crítica al neoliberalismo va acompañada de una fuerte retórica antineoliberal, sin que esto constituya un obstáculo mayor para la consolidación del modelo de dominación y de las grandes asimetrías propias del modelo neoliberal".
Para pensarlo, porque Maristella ¡mide!

8 comentarios:

Rafa dijo...

Me primereó estimado Escriba, estaba pensando en poner un post sobre esta nota.

Lo invito a darse una vuelta por mi blog, hay una entrada dedicada a Ud.

Saludos

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Gracias, estimado.
Allí dejé mi comment.
Saludos

Unknown dijo...

Notable lo de Maristella, ¡cómo mide!

Anónimo dijo...

Lamento discrepar ... la lectura del "setentismo" del gobierno de Maristella me parece superficial. ¿Quién mira esto como una última oportunidad? ¿Los dos Fernández? ¿Pampuro? ¿Kirchner que gobernó su provincia como dieciocho años? Hay un tremendismo en la teoría social antiperonista que a veces me saca un poquito de quicio. A veces cuesta mucho aceptar que simplemente estamos en la normalidad de un sistema político como cualquier otro.

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Bien.
Lo que me parece interesante de Maristella es que marca que quizás no se pueda volver a un peronismo con su dimensión central (lo que ella llama el "igualitarismo").
Es decir, que quizás no se pueda volver a un peronismo que incluya aquello que hacía del peronismo el peronismo.
Ahí está la cuestión (bastante trágica por cierto) de que los sucesivos fracasos o derrotas de los sectores que han promovido una visión más "igualitaria" en la Argentina no dejan todo como está sino que significan un retroceso en términos absolutos. Y que cada vez es más complicado volver al punto en que nos encontrábamos.
El tema es ¿puede este gobierno retomar esa dimensión igualitaria? ¿cuánto queda de menemismo en el kirchnerismo? En este blog se había dicho algo así como que Kirchner debe decidir si quiere liderar el último gobierno de una etapa fallida de la democracia o el primero de una nueva etapa. Es algo así la disyuntiva, me parece. Lo dramático es que ni siquiera sabemos si esa nueva etapa es posible.

Unknown dijo...

María: ¿quién dijo que el planteo de Svampa se inscribe en la teoría social antiperonista? No parece justo que todo aquello que no cante loas al peronismo sea caracterizado de tal manera. Cuando habla del setentismo es claro que refiere a Kirchner, al núcleo más cercano (al cual no pertenecen ni los Fernández ni Pampurro) y a gente un poco más periférica -pero influyente- que comparte un mismo pasado militante con K. Lo de "última oportunidad" está inscripto en el registro discursivo oficial, y eso sí que es tremendista. ¿Qué entendés por “normalidad de un sistema político como cualquier otro”?

Rafa dijo...

Una de las cosas más interesantes de la nota es la observación de Svampa sobre los puntos de no-retorno histórico que Laclau no tiene en cuenta. Quizás por conveniencia, dado que muchos ex-menemistas conversos siguen ocupando cargos de gobierno (sobre todo en los niveles provinciales), más allá del discurso la década del '90 está escondida debajo de la alfombra. Y no veo en el horizonte una "verdadera ruptura con el legado neoliberal", algo que a mi entender (y si alguna vez ocurre) llevará décadas.

También estoy de acuerdo con lo de la liquidación de la dimensión igualitaria del peronismo. Pero esto no puede analizarse desligado del fenómeno global de fragmentación y desintegración de nuestra sociedad y de los lazos sociales que se inició con el Proceso y alcanzó su culminación en 2001. Si este gobierno querrá o podrá recuperar esa dimensión igualitaria, no lo sé y no sé si es deseable o posible, la historia no vuelve atrás. Si me apuran yo diría que este gobierno carece de "mística peronista", la que no le interesa demasiado, por lo que para mí es un gobierno "post-peronista" (habrá que ver qué termina significando eso).

Y lo del setentismo es algo de lo que se abusa bastante. Svampa descarta correctamente lo de la "revancha generacional". Pero en lo de "última oportunidad" hay dos dimensiones. Una es la excepcional situación que se da hoy día en América Latina con una mayoría de gobiernos populares no alineados automáticamente con el Imperio, lo que podría traducirse con el dicho popular "aprovechate gaviota que no te verás en otra". La otra es simplemente biológica, si la generación que hoy está en el gobierno llega a fracasar y el péndulo vuelve al neoliberalismo, la próxima oportunidad quizás la presencien desde el geriátrico.

Muchos saludos.

Anónimo dijo...

este blog, esta discusión, son un lujo que tiene como iniciador al Escriba
Abrazo
Erik