martes, abril 10, 2007

Más sobre por qué el gobierno deja de medir

Señalamos hace poco que comienzan a verse los límites del Gobierno y que si no se arma algo nuevo, se pondrá difícil la cosa allá afuera.
El presidente Néstor Kirchner indicó ayer con certeza que el país pasó de lidiar con los conflictos propios de la exclusión a los conflictos propios del crecimiento. Si bien la exclusión sigue siendo enorme en el país, me parece bueno el diagnóstico.
El punto está en ver, justamente, si este gobierno es el adecuado para lidiar con el nuevo tipo de conflicto en ciernes.
Algunas hipótesis:
1) En el marco de los conflictos por la "exclusión" el Gobierno tuvo varias acciones a favor de los sectores populares: los índices sociales están en su agenda tanto como lo está el crecimiento -a distinto ritmo, pero está-, política de derechos humanos, no a la represión -al menos no como política sistemática, hay represión en los barrios contra los "pibes chorros", véalo acá-, una política exterior "autónoma".
2) En medio de los conflictos por el "crecimiento" se corre el riesgo de que el Gobierno pase a ser mero "gerente de la tensión social".
3) Si en el contexto anterior con poco se podía ser "transgresor" de los límites de lo dado (hacer política, bah), ahora se necesitan más activos políticos (movilización, organización, cuadros, objetivos estratégicos, etc.).
4) ¿Es el esquema del Gobierno, reacio a la movilización, adecuado para este momento, desde el punto de vista de los sectores populares? ¿En el marco de los conflictos por "el crecimiento", el esquema actual del Gobierno no lo deja del lado del statu quo?
5) El conflicto docente marca algo de eso. El ejemplo: el Gobierno, si bien puede mostrar una política de no represión, no puede salir fuertemente a atacar a Sobisch -responsable de la muerte del docente Fuentealba- porque mantiene un conflicto similar en Santa Cruz. Y no quiere conflicto de "crecimiento" en este contexto.

6) Las palabras de Kirchner pueden ser una pista en este aspecto: "Las demandas a veces son justas, a veces injustas. No siempre el que está demandando algo tiene la razón o la razón total y absoluta, siempre hay una verdad relsativa a cada tema".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente puesta en escena de la realidad argentina, Don Escriba. En los items señalados, el punto 3 me parece el clave. Aquí radica, en mi concepto, la posibilidad de aanzar o no hacia posiciones más agudas en lo que hace a redistribuir el ingreso y devolverle al sector asalariado lo "afanado" en las décadas nefastas de los 70 y los 90 (con sus obvias diferencias institucionales)...
Me parece que el camino va por ese sendero, esos nuevos senderos, como ud indican, deberán brotar en algun momento. Dudo que sea el kirchnerismo en sus diferentes figuras, quien lleve adelante este esquema, serán los que vendremos despues de ellos los encargados de poner un poco de igualdad y justicia a este país.
Abrazo
Erik
PD: me gustó mucho el post, muy sólido y claro

manolo dijo...

Escriba
A riesgo de pecar de reduccionista, es un problema de plata.
Y la manera más sencilla de arreglarlo es con plata.
La torta creció, y parece que va a seguir creciendo.
¿O tenemos que esperar 20 años como los chilenos?
Un abrazo

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Parece ser casi siempre un problema de plata. No parece que los argentinos vayan a esperar 20 años. Por lo menos esos 20 años va a haber quilombos varios. El tema también es saber si en la Argentina para ser "progresista" hay que tener plata o el tema se puede armar de otra manera. No es teniéndole miedo a la movilización que se va a solucionar la cosa, creo.
Saludos