domingo, julio 26, 2009

Desempolvemos nuestro Gramsci, otra vez a remar en el dulce de leche y a tratar de medir

Corrido Don Ernesto, no te digo al fondo, pero a aquel estante de la Biblioteca de allá, al menos por ahora, desempolvaremos nuestro Gramsci, con aquello de las trincheras y la guerra de posiciones ¿cómo era?

9 comentarios:

Ezequiel dijo...

Bueno, Gramsci siempre está, incluso cuando está Laclau. Pero es cierto que este juego político se parece a lo que Toer llama "el pasaje del ajedrez al go".
Abrazo,
EM

Ezequiel dijo...

(Perdón, me olvidé del link)
http://www.unne.edu.ar/prealas/files/F3%20Diez.pdf

Tomás dijo...

¡Para adelante con Laclau, para atrás con Gramsci!

:P

Andrés el Viejo dijo...

Curioso destino de las analogías. Gramsci utilizó la de guerra de posiciones para explicar la importancia de una estrategia a largo plazo, que excluía la posibilidad de ofensivas fulminantes inmediatas.
Pero, mientras él se esmeraba en esa metáfora, la guerra de posiciones estaba siendo superada y, finalmente, reemplazada. Tujachevsky desarrollaba la doctrina de la ofensiva en profundidad y el Estado Mayor alemán la de la blitzkrieg. Los franceses, aferrados a la experiencia de la Primera Guerra Mundial, lo pagaron caro en cuanto estalló la Segunda.
Saludos

durito dijo...

Gramsci es com dios, nadie se acueda de el cuando mientras le esta yendo bien.Pero cuando las cosas cambian...

Primo Louis dijo...

Si Gramsci viviera sería Laclausiano

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Releamos, para que no me vengan con eso de que las "condiciones objetivas no están dadas", ja.
Abrazo

Primo Louis dijo...

Pero si para Laclau las condiciones objetivas no son objetivas!

Anónimo dijo...

Lo que en Gramsci es tragedia, en Laclau es marketing.


Comando Kenny Vive!