martes, marzo 04, 2014

Devuelvan el país, para medir



Buscando otra cosa llegué al trabajo "Gran Buenos Aires: Polarización de ingresos, clase media e informalidad laboral, 1974-2010", de Fernando Groisman, publicado en la Revista de la Cepal, Abril 2013.
Algunos datos:

  • "Mediante esta demarcación puede verificarse que entre 1974 y 2001 el volumen de la clase baja se incrementó en cerca del 40%, pasando de albergar el 28,1% de la población al 39,5% (véase el cuadro 2). Es decir, se produjo la entrada a esta clase social de hogares anteriormente ubicados en los estratos sociales superiores, especialmente de familias situadas en las franjas medias. Efectivamente, este proceso de movilidad descendente en la distribución de los ingresos tuvo la particularidad de que fue acompañado de un agudo estrechamiento de la clase media, lo que redujo su volumen en algo más del 35% (del 42% al 26,1%)".
  • "El adelgazamiento de las capas medias tuvo lugar sobre todo durante el último decenio del siglo XX. En efecto, en 1991 la clase media albergaba al 36,2% de la población, mientras que en 1980 aglutinaba al 37,9%.
  • "No toda la reducción de la clase media fue a engrosar el estrato más bajo de la sociedad. Justamente, el estrechamiento de la franja media de la población fue superior al crecimiento que experimentó la clase baja, y en consecuencia, se produjo un acrecentamiento del volumen de la clase alta en esa proporción. Así, puede verificarse que este grupo social presentó un incremento del 46% al congregar en 2001 al 34,5% de la población, mientras que en 1974 reunía al 29,9%. El conjunto de esta evidencia ilustra el tipo de polarización de ingresos que experimentó la Argentina, caracterizado por el aumento de los contingentes poblacionales en los grupos sociales ubicados en los extremos de la distribución del ingreso".
  • "(...) debe tenerse en cuenta que el incremento de tamaño de la clase baja se vio acompañado, además, de una caída en las condiciones de vida del grupo, medida de acuerdo con la evolución del poder de compra de los ingresos.
  • "Contrarrestando en parte a este proceso, en la fase de mejora distributiva, entre 2003 y 2010 la clase baja redujo su volumen en torno del 10% pasando del 42,2% al 38,5%. La mayor variación correspondió en cambio a la que mostraron las capas medias de la sociedad, que incrementaron sus miembros en un 30% y pasaron de representar el 25,8% de la población en 2003 al 33,4% en 2010. Consecuentemente, la clase alta redujo su tamaño en alrededor del 15% y pasó del 32% al 28,1% entre los extremos del mencionado septenio".
  • "El balance de lo acontecido con las clases sociales como unidades variables permite apoyar la visión de una sociedad argentina en la que todavía perdura una elevada segmentación social, lo que también resulta consistente con el panorama que había arrojado la medición de la polarización de los ingresos. No obstante, destaca el novedoso proceso de engrosamiento de la clase media que mostró una incorporación en sus filas de prácticamente el 8% de la población, del cual una mitad (cuatro puntos porcentuales) debe contabilizarse como resultado de cierta movilidad ascendente —es decir, proveniente de la clase baja—, mientras que otro tanto provino del segmento superior.
  • "Como corolario de las tendencias documentadas con respecto a las tres clases sociales principales, al cabo de cerca de cuatro décadas la clase alta se mantuvo prácticamente en torno del mismo nivel, mientras que la participación de la clase media se redujo en nueve puntos porcentuales: del 42% al 33,4%, los que fueron ganados por la clase baja que pasó del 28,1% al 38,5% aproximadamente.
  • Se puede constatar que en el subperíodo que va de 1974 a 2001, la participación en el ingreso de la clase baja —cuyo tamaño se había acrecentado— se redujo drásticamente alrededor del 35% (véase el cuadro 2). Expuesto en otros términos, no solo los miembros del grupo más desfavorecido aumentaron, sino que estos accedieron a una cuota menor de ingresos como clase social y por lo tanto, en valores per cápita, eran más pobres que 25 años antes.
  • La clase media —que mostró una notoria contracción en su dimensión— también fue afectada por una pronunciada disminución (superior al 50%) de su participación en los ingresos. En realidad, cabe observar que esta mengua sobrepasó el angostamiento de su volumen, lo que corrobora que, al igual que lo acontecido con los miembros de la clase baja, los integrantes de la clase media también disponían en 2001 de menores ingresos —en promedio— con respecto a 1974.
  • Solo la clase alta pudo hacer coincidir el doble efecto virtuoso de aumentar sus integrantes, pero incrementar aún más su cuota de ingresos en alrededor del 50%.
  • En el período siguiente —2003 a 2010— la situación se revirtió, aunque solo parcialmente y siguió el mismo patrón ya comentado. Hubo una mejora más intensa para la clase media —su participación en los ingresos creció en torno del 50%— y algo menor para el estrato más bajo: alrededor del 23%. La clase alta, en cambio, vio reducida su cuota de ingresos en 16%, una proporción algo mayor que lo que había sido la merma de sus integrantes en el mismo período. Ello constituye una evidencia relevante que permite señalar que, a diferencia de etapas previas, quienes permanecen en el sector más acomodado de la sociedad vieron reducidos los ingresos de que disponían como clase.
  • Entre extremos del período extendido de casi cuatro décadas, la situación es aún muy distante del nivel alcanzado en 1974. En efecto, a fines de 2010 la clase alta registraba una participación en los ingresos mayor que la que tenía a mediados de la década de 1970. En la clase baja se habían incrementado levemente los recursos con que contaba entonces, mientras que la clase media mostraba un déficit de alrededor del 20%.
  • Resumiendo: "Destacan dos etapas visiblemente desemejantes. Entre 1974 y 2001 se verificó un fuerte estrechamiento de los sectores medios y un manifiesto incremento de la clase baja. En contraste, entre 2003 y 2010 se produjo una enérgica reversión en estas tendencias con desigual intensidad para los diversos estratos sociales. En este septenio resaltó una marcada recomposición de los ingresos para la clase media y baja, en ese orden, que redundó en una sostenida mejora distributiva. El proceso de engrosamiento de la clase media implicó la incorporación a sus filas del equivalente a prácticamente el 8% de la población. La recuperación de las franjas medias en la sociedad argentina es un fenómeno novedoso al menos desde mediados de los años setenta. Interesa subrayar que dicho fenómeno derivó tanto de un proceso de movilidad social ascendente —es decir, de reducción de la clase baja—, pero también de contracción de la clase alta. Tal evolución implica que operaron mecanismos tendientes a la redistribución de los ingresos, que al tiempo que aumentaron los recursos de aquellos ubicados en los segmentos bajo y medio de la estructura social, evitaron un corrimiento de similar magnitud en el extremo superior".

Como todos sabemos, estamos en 2014 y no en 2010. Parece un buen momento para reflexionar juntos y con buenos modos, nunca con malos, siempre y cuando pertenezcamos a partidos nacionales, democráticos y populares para ver qué corcho hacemos ahora ¿no?
(El paper habla también de la situación laboral en el GBA, si hay tiempo mañana gloso lo central).

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