martes, diciembre 21, 2010

Ayer medí con la cen-tra-li-dat

Ayer publiqué una nota en BAE:

Se ha vuelto parte del sentido común afirmar que Néstor Kirchner, con una serie de decisiones a contramano del “manual del político promedio post 1983” volvió a dar “centralidad a la política” en la Argentina. Es decir, el poder político, sobre todo el poder y la autoridad presidencial se robustecieron, lo que le permitió al Estado ampliar su rango de acción, introducirse en “nuevos” ámbitos de los que se había retirado durante la década del 90.
Los efectos de la crisis política, social y económica de 2001 encontraron así un cauce de salida, con un líder a la cabeza que tuvo la última palabra en una serie de coyunturas decisivas, en una sucesión de conflictos con actores políticos, sociales y económicos.
A pesar de haber caído en su consideración pública a partir de 2008, Kirchner se encontraba, al momento de su muerte, en franca recuperación de imagen positiva. A siete años de haber asumido la Presidencia aún hegemonizaba el debate político. Y tenía posibilidades de volver a ser electo al frente del Ejecutivo, algo que ni Raúl Alfonsín ni Carlos Menem lograron luego de que sus partidos sufrieran derrotas en elecciones legislativas.
Ahora es la presidenta Cristina Kirchner quien, según todas las encuestas, se ubica en esa posición expectante, con sus posibilidades potenciadas por la fragmentación y falta de estrategia de la oposición.
Esta “foto” no deja de ser valiosa: si la actividad política se encuentra sometida a poderes “fácticos”, si cada disyuntiva tiene como ganador de antemano a algún poderoso actor por fuera del sistema político, difícilmente se pueda pensar en poner en práctica políticas públicas de calidad.
De todos modos, llama la atención lo unidas que aún parecen estar en la Argentina las posibilidades electorales de los gobiernos con los ciclos económicos. Dicho de otra forma: ¿la “vuelta de la política” que se produjo es capaz torcer los humores que surgen del desempeño del país en el terreno productivo, en cuanto a los niveles de consumo, empleo y actividad?
La imagen pública de Néstor y Cristina Kirchner se derrumbó con el conflicto del campo en 2008. Habría que notar también que el nerviosismo político y económico de ese año coincidió con los desajustes de la crisis global que había comenzado en la segunda mitad de 2007. Las elecciones de 2009, en tanto, sorprendieron al Gobierno en lo peor de la crisis económica.
De acuerdo a un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (CENDA), en el tercer trimestre de 2008 el porcentaje que los ocupados plenos representan sobre el total de la población comenzó a caer, lo que recién mostró una recuperación un año más tarde, cuando las elecciones legislativas ya habían arrojado la foto del kirchnerismo derrotado en la provincia de Buenos Aires.
A su vez, la consultora Poliarquía elabora un “Indice de Optimismo Ciudadano”, que “combina el optimismo actual, retrospectivo y prospectivo”. A principios de 2008 el “optimismo” comenzó a caer, situación que sólo encontró un piso en noviembre de 2009, de acuerdo a ese estudio. Una parábola casi calcada recorrió la tasa interanual del Producto Interno Bruto, que marca a qué ritmo van la producción y el consumo.
Esa misma consultora indicó que tras dos años de caída o estancamiento de su imagen positiva en niveles bajos (en torno al 20 por ciento), la consideración pública de la presidenta Cristina Kirchner comenzó a crecer hace algunos meses. El punto de inflexión fue también hacia fines de 2009 cuando los datos de la economía volvieron a ser positivos.
La salida “a la superficie” de sectores que no están enojados con el Gobierno (en los festejos del Bicentenario) o que lo apoyan de manera decidida (los funerales de Néstor Kirchner) se da en ese contexto, lo que da marco a las posibilidades de reelección ciertas de la Presidenta.
Como cuenta pendiente para el oficialismo queda todavía la posibilidad de constituir una fuerza y una dinámica políticas que permitan sostener niveles importantes de aceptación en caso de que la economía encuentre obstáculos. Una “confianza” en amplios sectores de que más allá de los problemas, será el Gobierno el que puede superarlos. En otras palabras, una “centralidad” aún mayor para la política.

5 comentarios:

joe e. tata dijo...

yo resumiria todo el post diciendo
es la economia estupido. si el pais crece y cobras impuestos a las exportaciones a lo pabote podes hacer cosas y tomar decisiones sino no

lamento velo asi pero para mi fue mil veces mas transformador menem e importante. cuando se termine el kirchnerismo solo van a dejar degradacion institucional y cierta politica de DDHH la cual ni es tan jugada realmente.

Peter de A. dijo...

Al contrario del comentario anterior, lo que interpreto del mismo es que no es la economía sin la política, ni ésta sin aquella.

Tal vez la arbitrariedad de separar lo que no son sino aspectos de un hecho único nos trae tantas dificultades para entender el asunto.

Nicolás Tereschuk (Escriba) dijo...

Son dos caras de la cosa. Acá hubo economía y política. Me parece que hay pero que falta política aún.
Saludos

joe e. tata dijo...

la politica ponele es la capacidad de cambiar la realidad

sin plata no se puede cambiar la realidad


seamos intelectualmente honestos

de la rua con toda su etupidez tomo decisiones de politica economica erradas pero tambien es cierto que las tasas eran 5% contra casi cero actual y los precios de la soja eran menos de 1/3 de los actuales

todo esto son factores fuera del control del gobierno

osea ya de movida el estado tenia una capacidad de hacer cosas que era menor en casi 30 mil millones de dolares

saquemosle esa plata a este gobierno y veamos que pasa

no se puede comparar gobiernos

yo creo que realmente en argentina hay muy poca capacidad de decision por parte de los gobernantes

viene casi todo dado de afuera

igualmente teniendo todo esto en consideracion creo que el de macri fue un gobierno malisimo

y boudou es un fracaso como candidato en cpaital pero logro que cristina haga cosas que se negaba

el peronismo es como churchill definia a los yankees hacen lo correcto depsues de haber acabado con todas las otras alternativas posibles

Víctor dijo...

Si claro, con el precio actual de la soja, hasta De la Rua hubiese sido un buen gobierno. Pero cabe resaltar que a tu endeble ucronía, le faltan algunos detalles: gracias al "verdaderamente transformador e importante menem", frase que siempre voy a recordar cuando lea un comentario de Joe Tata,el campo estaba fundido y la producción agropecuaria era vegetativa, así que los impuestos que hubieses podido cobrar por ello eran insignificantes. Ni hablar de la producción automotriz, o industrial en general. Estoy convenciendome de que los "economistas" son casi peores que los abogados.