jueves, agosto 29, 2013

"Hay un país afuera" y quiere medir, Lorenzetti

Siendo que, como dijo Horacio Verbitsky hoy, "hay un país afuera", quisiera recordar una nota publicada en Ambito Financiero de este lunes
En una actitud cuanto menos desprolija, el presidente de la Corte Suprema dio una charla secreta la semana pasada en el Hotel Alvear ante empresarios -ni en el patio de su casa ni en un comedor comunitario-, donde respondió preguntas y bordeó, de alguna manera, el tema "Ley de Medios". 
Esperemos que, como señaló la procuradora Gils Carbó, la Corte se incline por dar un "fallo histórico" y se deje de hacer pavadas como estas.

Contó Ambito:



...ocurrió en la noche del miércoles, en un salón del hotel en el cual la organización del seminario agasajó a unos 50 representantes de empresas que auspiciaron de su bolsillo la reunión y con un invitado estrella que empleó esa tribuna para decir cosas más que importantes: el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, que seguramente preparó sus palabras para que las escuchara en detalle el grupo que reúne a las principales empresas del país. Le adelantaría el carácter de sus dichos a la bastonera del Council, la Segal, quien antes de comenzar la cena pidió a los asistentes que guardaran en secreto lo que iban a escuchar. El compromiso lo selló la anfitriona de esa cena pagada por quienes debían además cerrar el pico con el menú clásico del Alvear, el rutinario lomo con salsa y vegetales. Los asistentes intentaron guardar el secreto de lo que dijo Lorenzetti pero el compromiso duró hasta que la mirada quinchesca se posó sobre el acontecimiento, cuyos detalles revelamos acá en beneficio del interés público y también porque las palabras de Lorenzetti ocurrieron como preámbulo de una semana que tendrá a la Corte como protagonista central, ya que pasado mañana el tribunal albergará un debate sobre la ley de medios -trámite que tiene para resolver desde hace meses- que se transmitirá coast to coast y que aprovecharán todos para darle impulso a la campaña electoral.


Lorenzetti ocupó la mesa principal de la cena del miércoles, estrictamente reservada para empresarios pagantes del gasto del seminario -no mencionaremos a ninguno para no dar pistas sobre quién pudo contar lo que allí pasó- y un grupo de políticos de Estados Unidos y de la Argentina, entre ellos una sobrina de los hermanos Kennedy, Kathleen Kennedy Townsend, asesora especial del Departamento de Estado en temas de educación, algunos funcionarios de la Embajada de los EE.UU. en la Argentina y, rara avis en ese grupo, el ministro sciolista de la Producción, Cristian Breitenstein. El titular de la Corte dio una charla breve sobre las funciones del tribunal, en la cual dio definiciones que redondeó en el animado turno de preguntas al que se brindó por parte de los empresarios. La mayoría de éstas rondaron dos temas, la ley de medios y las medidas cautelares. En síntesis, éstas fueron las definiciones: sobre la ley de medios, Lorenzetti dijo que "nunca la Corte va a declarar la inconstitucionalidad de una ley íntegramente, pero sí puede hacerlo respecto de algunos artículos. Si se hiciera lo primero -explicó- estaríamos asumiendo el rol del legislador". En temas como éstos, agregó, saben que hay intereses de parte de empresas y del Estado y que el rol de la Corte es ser quien pone el equilibrio entre esos intereses. En respuesta a una pregunta más específica, Lorenzetti desarrolló su hipótesis de que la Argentina tiene una cultura política pendular, en donde las expresiones van de un extremo a otro, que eso es lo que debe equilibrar la Justicia para impedir excesos. Tampoco hay una cultura de acuerdos entre las partes y los consensos son muy difíciles, y eso le exige a la Justicia trabajar para que los haya. La Argentina, siguió, es un país muy diverso y la Justicia debe asegurar el respeto de la diversidad, desde la diversidad geográfica hasta la cultural y la política.


Le pidieron desde una mesa que fuera más explícito y dijo que en lo político hay en el país una tendencia en algunos a considerar a quien es distinto en cuanto a la geografía, a la cultura, lo social y en cuanto a las ideas como si fuera un adversario y se tiende a negarle los derechos. Eso, ilustró, está en la base de la tendencia a aplicar la dialéctica amigo-enemigo a las diferencias que surgen de la diversidad, algo muy común, insistió, en un país con tanta diversidad como la Argentina. La mayoría del auditorio eran empresarios y las preguntas se concentraron sobre el régimen de cautelares. El problema de la Argentina en este punto no son las cautelares sino la duración de los juicios. Claro, agregó, que querría menos cautelares, pero también juicios más cortos. La extensión de los procesos hace necesario este tipo de medidas, explicó, y remontar el problema requiere no sólo reformas legales y del sistema judicial. También hacen falta más jueces y más tribunales para que los juicios sean más breves y queden resguardados los derechos de todos. Con estas definiciones, los auspiciantes de la cena y del seminario del Council se consideraron más que pagados porque no es común escuchar al presidente de la Corte hablar con tanto detalle, aunque eludiendo expresiones que pudieran significar un prejuzgamiento sobre algún tema en concreto. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si vas a poner nada mas que los comentarios que te alaban cerra los comentarios. FORRO.

Ana dijo...

Perdón, como estaban los de la Embajada ¿estaba Massa?