Joaquín Morales Solá: ¡animate y decí lo que pensás! A lo dicho por el amigo Lord hoy se agrega un dato. En su último párrafo, el periodista nos explica:
"Kirchner ha encontrado un método para disciplinar a los empresarios y a un hombre, el secretario de Comercio Interior, que hace esa tarea con la vocación inexplicable de un verdugo. Los empresarios se han disciplinado más de lo que cualquiera podía predecir. Pero no le encuentra la vuelta a la relación, ríspida y resignada hasta ahora, con los caudillos sindicales. A los gremialistas -y a Moyano en particular- les está haciendo falta, a todas luces, un duro y agreste Guillermo Moreno".
¿Cómo sería ese disciplinamiento? ¿En el país hace falta "mano dura"? No entiendo. ¡Animate Joaquín, decilo con palabras!
A la pasada, vemos más confirmaciones a nuestra tesis de qué es lo que molesta de Moyano.
"No le gusta Moyano porque es patotero; no le agrada los gordos porque se enriquecieron; y no le cae simpático los de la CTA porque son medio zurditos. Conclusión: no tiene que haber sindicatos y listo". Eso es lo que Moralito quería decir
ResponderBorrarAlgo así debe ser ¡que lo diga! Saludos
ResponderBorrarEscriba
ResponderBorrarMe estas convirtiendo en adicto.
Vayamos al punto. El estado constitucionalmente tiene el monopolio de la violencia.
Moreno cuando se sienta con los muchachos saca la 45, figuradamente, y la pone
sobre la mesa para discutir. Los muchachos estaban acostumbrados a los generales
que, por delicadeza, no la portaban en los ágapes en común.
Si la apuntaban, era a esos gremialistas extorsionadores o a los activistas criptocomunistas, no a gente “como uno”.
Los peronistas desde el 2001, se han negado sistemáticamente a reprimir.
En una sociedad ordenada “el brazo fuerte de la ley” debe estar “disponible” para las
“causas justificadas”, y ahora el “verdugo” se niega a hacer su tarea y nos mira torvamente.
Un abrazo
manolo
PD, si ya se todo esto no mide “todo” lo que quisiéramos, pero como nos divertimos
Nos divertimos bastante Manolo. Lo que piden es como .... ¡que vuelva Carlo, que vuelva iá! ¿no?
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