¿Han sido explicados los años 90? ¿Tenemos claro qué nos dicen sobre quiénes somos hoy? Me preguntaba eso luego de haber convertido un leve ejercicio de consumo irónico en otra cosa. Porque eso me pasó cuando tomé del estante de la biblioteca de un familiar el libro "Le doy mi palabra", de Alfredo Leuco, que compila las mejores columnas leídas por el periodista entre 1995 y 1998 en el programa "Bravo 1030".
Una posibilidad es reírse del libro. Del prólogo de Luis Majul titulado "El arte de escribir columnas" (Las columnas de Alfredo no eran como las de la gran mayoría de los columnistas El las decía en cinco minutos, pero tardaba todos los días más de una hora en esribirlas con sus puntos y sus comas. Y eso se notaba).
También del estilo literario del joven Leuco (Sobre Fernández Meijide: Porque su nombre, Graciela, viene de gracia y de gracias y ante tanta María Julia, ante tanta Adelina, ante tanta Matilde, era hora de que la mujer tuviera la gracia de decirle gracias a la política y a Graciela" / Sobre Abuelas de Plaza de Mayo: Nieto, nietito. Querido nieto o nieta. ¿En dónde estarás? sabrás de mi existencia? Nieto del alma. Tengo tanto para decirte. Nieto querido. Me gustaría que sepas que yo soy la madre de tu madre. ¿Sabés lo que eso significa? Vos sos el hijo de mi hija).
De las contradicciones a lo largo de los años (críticas a la forma en que los periodistas Daniel Hadad y Marcelo Longobardi entrevistaron en una ocasión a Emilio Massera "ni él ni Longobardi mencionaron una sola vez la palabra dictadura en dos horas de programa"/ el remanido estilo de la "carta abierta" con "respeto" que ahora lo volvió a hacer famoso hace poco).
Esa sería una lectura fácil. Cualquiera que escribe, como yo lo hago ahora, puede escribir medio fulero. Y si pasan 20 años, ver que se equivocó, que se quedó corto o que se pasó de rosca. No es ese el punto.
El libro, observado hoy, impresiona. Condensa ese clima, seguramente porteño y mediático de la segunda mitad de los 90, una época a la vez vertiginosa y quedada, al mismo tiempo clave e intrascendente, repleta de contradicciones adonde uno mirase.
Leamos a aquel Leuco de Los Leuco. Y preguntémonos.
Obsesionado por los Derechos Humanos: "Abuelas de veinte años", "El cumpleaños. Estela Carlotto, presidenta y guerrera" (Estela lo imagina muchas veces, sobre todo por las noches o para las fiestas. La abuela Estela siente que algún día lo va a encontrar. Que apenas lo vea, su corazón le va a decir: ese es Guido. Estela, no lo dejes escapar. Ese muchacho es Guido... Es tu nieto. La abuela Estela se lo imagina muy parecido a Laura, su hija. De cabello oscuro y ojos grandes. Qué es lo que no daría por encontrarlo. Mientras tanto, lo busca incansablemente (...). Ya pasaron veinte años y parece un siglo. La abuela Estela cumple 67 y sigue soñando con el mejor de los regalos. Con que un día aparezca la porción del corazón que le falta, la mire a los ojos con sus ojos grandes y le diga: - Abuela Estela, soy Guido, tu nieto. Ese día soñado por Estela y por todas las abuelas llegará, estoy seguro. Y lla vida se reconciliará con la vida. Pedirá perdón por tanto infierno y se ganará un lugar... Muy chiquito. en el cielo), "Todas las madres, todas", "Arrugas con agallas. A diecinueve años del nacimiento de Madres de Plaza de Mayo", la ya citada "El diablo, por televisión", "Astiz cobró en Bariloche", "Un ojo de la cara. Astiz tiene la violencia en su mochila", "Wanted. El torturador Jorge Bergés, prófugo de la Justicia", "Un cura más. Vida y obra de monseñor Angelelli, obispo de La Rioja", "Grondona en el banquillo de los acusados. Hora clave para Massera", "¿Son iguales Videla y Santucho? Carta abierta al profesor Mariano Grondona" (Profesor Grondona, ni aún en la guerra el fin justifica los medios. Ni aún en la guerra vale todo. Ni todo está permitido)
El otro gran tema del libro: los piqueteros, la pobreza, la clase media hecha pelota, la protesta social, el ajuste. "Evita de los 90. Mónica Carranza, de los descamisados a los Carasucias", "Madre de los piquetes. Laura Padilla, líder en Cutral-Có", "Viejos son los trapos. Eugenia Sacerdote de Lustig, científica e investigadora de 85 años" (Así anda la doctora por la vida. Casi en puntas de pie. Preocupada por el futuro del Conicet), "Yo quiero a Lucy. Lucy Abram de Cornelis, presidenta del Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha" (Señora, lamento su situación pero esto es un banco y no una entidad de beneficencia. Harta ya de estar harta ya se cansó de preguntarle al mundo por qué y por qué. Se sacó las botas. Se puso un par de zapatillas y fue a contarle su drama a todos en la radio FM del pueblo, que funciona en una habitación de dos por tres. Con palabras sencillas, las únicas que conoce, relató sus angustias, sus dolores. Contó cómo el banco la presionaba y la acosaba con intimaciones de pago que no podía cumplir), "La señorita Maffei. Vida y obra de la líder de CTERA", "Perfume de mujer. Margarita Barrientos, la Madre Teresa del Bajo Flores", "Juan Gerente y José Operario. Dos desocupados en San Cayetano" (En el 93 se anotaban entre 20 y 30 personas por día y más de la mitad conseguía trabajo temporario o alguna changa. Hoy llegan a 200 personas que se anotan por día y solamente un par de ellos consigue trabajo), "La mejor noticia del mundo. Acerca de padres e hijos desocupados", "Tierra de nadie. Pobres contra pobres, la Sarita versus Florencio Varela", "La Villa y el country", "De Cutral-Có a La Quiaca. Cuando la desocupación estalla en la Argentina" (Ayer, la televisión se llenó de morochos de piel bien curtida por el sol y el sacrificio). , "Réquiem para la clase media. El fin de una identidad y un mito nacional" (Debo darle una mala noticia. Ayer se produjo el fallecimiento de la clase media. Luego de una larga y penosa enfermedad llamada recesión, el cuerpo sin vida de la clase media fue encontrado en su departamento de dos ambientes de la calle Rivadavia (...) Luego de brindarle el último adiós a la clase media y elevar una oración en su memoria, se cumplirá con su último deseo: su cuerpo será cremado y sus cenizas esparcidas en los taxis, en los videoclubes, en los maxikioscos, en las canchas de paddle, en los 'laverrap' y en los cientos de parripollos en donde la clase media en vida apostó sus últimos pesitos, producto de la indemnización que recibió cuando fue despedida del trabajo), "Teresa Rodríguez en su cruz de madera. Víctima de la represión en Neuquén", "Usted preguntará por qué cantamos. Bravo 1030 se emitió desde la carpa docente" (Venimos a darle proteínas al alma de los que ayunan. Y energía al puño de los que luchan), "Docentes argentinos ayunando. Una crónica desde la intimidad de la carpa blanca" (Quiero mostrarle cómo alguna gente digna fabrica la patria), "El sol de Tartagal viene asomando. Samuel Sánchez, un estratega al frente de los piqueteros", "El llanto de un obrero. Los despedidos de la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba".
Luego está la Alianza. "La reina del Plata. El tercer nacimiento de Graciela Fernández Meijide (Un nuevo tipo de liderazgo apoyado en el sentido común, en las manos limpias, en el corazón caliente y en la cabeza abierta). "La noche de Terragno. Un 'recién' afiliado presidente de la UCR" (Es necesario que se ponga a la cabeza de las luchas y muestre una iniciativa política sorprendente, creativa y eficiente. No es poco. Ni tampoco fácil ¿Podrá?), "Muerto el rey, viva la reina. Histórico triunfo de la Alianza" (También nació una criatura política bautizada "Alianza", que con menos de tres meses de gestación tiene en sus genes las demandas de honradez para los hombres públicos, de independencia de la justicia, de basta de concentrar la riqueza y masificar la pobreza, de responsabilidad para conducir el país, de construir y no de destruir, de más trabajo, demás democracia y de más equidad (...) Es que Graciela es todo lo contrario de Carlos Menem. Son el día y la noche. Representan una Argentina que termina y otra que comienza), "Hebe versus Graciela". "El casamiento de Chupete. El matrimonio entre Fernando de la Rúa y la Capital Federal" (¿Con quién otro podía casarse la Capital? Si cada vez que lo tuvo enfrente lo eligió a él).
Hay notas culturales. Y, por supuesto, sobre el periodismo. "Ni penas ni olvidos. Osvaldo Soriano, a un año de su muerte", "Un periodista y una bandera. En el cumpleaños número setenta de Rodolfo Walsh", "Pido disculpas, nunca me drogué", "León / 12 o Página / Gieco. A los diez años del nacimiento del diario" (Nunca se olvidan de las madres ni de sus hijos. Ni de las abuelas. Ni de los pañuelos. Ni de la familia de los represores y torturadores), "Homenaje a Jorge Lanata".
Varias notas sobre José Luis Cabezas. Sobre la AMIA. Una semana entera de columnas porque levantaron un programa en el que mostraba la pista de Anillaco. Críticas al menemismo. Aunque no a todo el clima de época. En una columna titulada "Quebracho Go Home" escribe: Dicen fuera Clinton de la Argentina y no saben bien qué significa eso ahora que los cubanos abrieron sus fronteras para las inversiones norteamericanas. Si hasta la CNN se instaló en La Habana. Porque el mundo cambió. Porque Estados Unidos cambió y ya no es el país que en muchos momentos de la historia prohijó dictaduras militares genocidas (...) ¿Qué proponen? Que los Estados Unidos se lleven las inversiones que hicieron en nuestro país ¿Que se las lleven a Chile o a Brasil y haya muchísimas fuentes de trabajo menos? ¿Eso pretenden?.
Se podría seguir así mucho más. Pero no sin pensar ¿Quiénes fuimos? ¿Quiénes somos? ¿Nos cambia el tiempo? ¿O seguimos siendo los mismos de siempre? ¿Se trata de tener razón? ¿O de saber de qué fibra estamos hechos?
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