"No hay que confundirse, Rodrigo es un subproducto de Gelbard". La expresión de Juan Carlos De Pablo en la radio me sonó como como un ladrillazo esta mañana.
Porque, me pregunto: ¿El establishment de este país se va a preocupar por una caída en el nivel de actividad? ¿Cuántos nervios vivieron, por ejemplo en los dos años recesivos que fueron de 1998 a 2000 (ya sé que siguió la recesión, digo en esos dos años)? ¿El negocio de ellos es producir? ¿Es exportar? El negocio-negocio, digo ¿Les preocupa el escenario de "Rodrigazo"? ¿O lo que les jode es la mayor presencia del Estado? ¿Les molesta el tipo de cambio "bajo" o en realidad lo que no soportan son los salarios "altos"?
Me lo pregunto.
Les dejo las recomendaciones de Juan Carlos De Pablo:
"La credibilidad gubernamental en la Argentina se ha desvanecido desde hace tiempo (...) La credibilidad debe ser ganada de la forma difícil. Debe demostrarse que las finanzas del sector público se han transformado, que las demandas excesivas de aumentos salariales serán resistidas y que el tipo de cambio y las tarifas no se congelarán en un vano intento de proveer de un 'ancla nominal', al costo de distorsiones insostenibles en los precios relativos".
La cita (página 42), es en realidad de la primavera de 1989, cuando De Pablo fue el economista invitado en por John Williamson en representación de la Argentina a la conferencia “Latin American Adjustment: How Much Has Happened?”. En esa conferencia, Williamson presentó su paper "What Washington Means by Policy Reform", donde se presenta el "Consenso de Washington".
Es llamativo el hecho de que la Argentina de 1989 sumó casi un 5.000 por ciento de inflación, pero las recomendaciones de De Pablo para la economía de entonces eran esencialmente las mismoa que para la economía actual.
Digo un par de tonterías más, quizás sean obvias.
No es muy difícil de ver -y es el dilema, el desafío del Gobierno, lo que el Gobierno para mí tiene que seguir de cerca y tener en mente- es que el escenario de "Rodrigazo" a los que va a perjudicar es a los trabajadores y que es el "escenario Gelbard" -de mayor presencia del Estado, si se quiere- el que jode a los empresarios. Pero claro. Si uno va a generar un "escenario Gelbard", por lo tanto, tiene que estar lo más seguro posible de poder ganar. Porque perder puede ser por demás costoso (para los que uno representa).
Foto.
A mi me parece perfecta la cita de De Pablo. Hoy no tenemos la inflación de 1989 pero tenemos una de las más altas del mundo: todavía no hay una catástrofe pero ya es claro que el modelo es inviable.
ResponderBorrarHoy, como en 1989 o 2001, el estado no tiene credibilidad. Y no te hablo del INDEC por piedad. Hablas de mayor presencia del estado y Scioli no tiene plata para pagar el aguinaldo. Y no es un caso extremo. En mayor o menor medida todas las provincias tienen problemas de caja. El "mayor papel del estado" hay que financiarlo y este modelo está demostrando que no puede hacerlo, aún con una inflación depredadora.
Welcome to reality.
Escriba, encontré que también hace 3 años y medio había algunos que auguraban y esperaban otro Rodrigazo. Ahí subí esto que a lo mejor sirve también ahora:
ResponderBorrarhttp://el-lobo-estepario.blogspot.com.ar/2008/12/la-que-se-mand-celestino.html
Para ser sincero, a mí la frase de De Pablo "Rodrigo es un subproducto de Gelbard" me hace acordar de los globos del PRO.
Un abrazo.
El elenco estable de "economistas" que tienen la posta son reiterativos en sus recetas, vengo escuchando últimamente esto del rodrigazo,nuevamente, seguramente para trabajar la memoria emotiva, por estos lares hace unos días los mesaenlacistas locales trajeron a Melconian para autoesclarecerse y uso la muletilla del rodrigazo, nada nuevo bajo el sol. Pero me parece que el que dio el puntapie inicial con el refrito del 75, fue H. Brienza en el diario Tiempo, en una nota que hablaba de no repetir "errores" del pasado. Hablando de "escenarios Gelbard" es conciente Ud. lo lejos que estamos de algo similar?
ResponderBorrarSaludos Cordiales.
Las diferencias entre una época y otra son tantas que es fácil deshechar las recetas (o advertencias) de De Pablo con un gesto despectivo.
ResponderBorrarPero quiero hacer una corrección histórica porque yo mismo creí durante muchos años que "Rodrigo fue una consecuencia de Gelbard".
No hace mucho me enteré de que el empeño en la política de "inflación cero" (cuando había una gran inflación importada tras el boicot petrolero) que provocó el rodrigazo, no fue suya sino de Gómez Morales, quien consiguió que Perón la proclamase a sus espaldas.
Volviendo a hoy, no me atrevería a asegurar cuál sería la "bala de plata" para detener la carrera de precios y salarios, sabiendo que la parte del león se la lleva una intermediación concentrada y no, precisamente, el sector productivo de bajo capital constante y alta proporción del salario en sus precios.
Aún así, creo que la baja de las expectativas tiene un papel en el tema. Esa era la idea del Pacto Social abortado con el asesinato de Rucci y que tuvo una ventana de oportunidad con Moyano entre, digamos, las legislativas de 2005 y fines de 2006. Ahora, con -por lo menos- 4 centrales obreras compitiendo, ni soñar. Esperemos que las reservas del Central aguanten el cimbronazo.
Bob, la falacia en que incurre De Pablo y en general los que invocan el Rodrigazo es la de ignorar que ahí se impuso un "sobreajuste" destinado a la demolición, sin vuelta atrás posible, de un modelo basado en el mercado interno con pleno empleo y la sustitución de importaciones. Marcelo Diamand dijo en ese momento "Acá no va a volver a haber industria por muchos años". El libro de Restivo y Dellatorre que cité en mi post lo explica muy bien, así como señala la autoría intelectual de Ricardo Zinn.
ResponderBorrarPor supuesto que hoy día es válido debatir la necesidad de correcciones, y coincido con vos en el problema de la intermediación. Pero creo que de una manera poco agradable, la desaceleración económica va a servir para moderar las expectativas de inflación.
Me gustó el comentario de Bob.
ResponderBorrarAbrazo
Rodrigo ( y Martinez de Hoz ) "es consecuencia de" Gelbard. El terrorismo de estado "es consecuencia de" la subversión. Es la teoría de los dos demonios llevada a la economía. La derecha nunca agrede: responde a las provocaciones. La industrialización "tenía que" terminar en un desastre. Las movilizaciones políticas (armadas o no) "tenían que" terminar en genocidio. Pasa lo que tiene que pasar: Videla y Martinez de Hoz son fuerzas de la naturaleza. Malditos HDP
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