Me preparo física y mentalmente para lo que será el mes de diciembre en estas pampas. Movido. Pienso al mismo tiempo en el nuevo rol que tienen que tener los Derechos Humanos. Pienso en que en el futuro habrá que pensar de otra forma, de otra nueva forma esa cuestión.
Y me acuerdo de Walter, quien "se revolvió sobre la silla, y dijo que la dictadura consistió en un sistemático plan de exterminio que tenía como objetivo político la implementación del neoliberalismo". Y también que "para que la justicia sea completa, también hay que juzgar a los ideólogos y a los cómplices".
Y pienso en Juan Alemann, quien en un editorial del Argentinisches Tageblatt, el diario en alemán editado en Buenos Aires, de marzo de 1974 escribía:
“Si uno ve esta guerra sucia desde un punto de vista meramente militar, llega a la conclusión de que el gobierno puede acelerar y facilitar considerablemente su victoria, actuando contra las cúpulas manifiestas –de ser posible en ‘noche y neblina’ y sin que esto trascienda demasiado. Si Firmenich, Quieto, Ortega Peña, etc., desaparecieran de escena, esto implicaría un golpe extremadamente duro para el terrorismo”.
(Juan Ernesto Alemann, “Die politischen Rücksichten” -“Las consideraciones políticas”-, Argentinisches Tageblatt, 17 de marzo de 1974, p. 4. Citado en pág 295 de La ley y las Armas-Biografía de Rodolfo Ortega Peña).
10 de diciembre, 10 de la mañana. Ahí nos vemos.
Desde hace semanas tengo el presentimiento que algo está por pasar en diciembre. Malo, por supuesto.
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