Algunas consideraciones iniciales frente al año electoral argentino.
Todas las grandes ciudades de América Latina tienen uno o varios barrios muy lindos donde viven los ricos y sus hijos. Esos barrios suelen ser bellísimos. Incluso más que los bellos barrios del Primer Mundo.
Ahora bien, la pregunta es: ¿alguien en esos barrios tiene interés realmente un proyecto de país para todos? La respuesta: no.
Todas las grandes ciudades de América Latina tienen uno o varios barrios muy lindos donde viven los ricos y sus hijos. Esos barrios suelen ser bellísimos. Incluso más que los bellos barrios del Primer Mundo.
Ahora bien, la pregunta es: ¿alguien en esos barrios tiene interés realmente un proyecto de país para todos? La respuesta: no.
Esto es así porque "un proyecto de país para todos" sería algo así como lo siguiente: uno donde los que están más o menos mal empiecen a vivir más o menos mejor. ¿Que cómo se hace eso? Bueno, esto es América Latina, amigos. Hay algunos que tienen mucho. Y esos tendrían que ceder un poco para darle a los que tienen menos. "Re-distribución". Es decir, la disctibución como está no nos da los resultados deseados, entonces re-distribuimos. Le quitamos a unos -de una forma más o menos creativa o más o menos directa- para darle a otros.
Cualquiera puede entender que hacer esto sin conflictividad social no es fácil. Recuerdo un amigo que me ponía el ejemplo de aquel hombre que se "atrincheró" en su BMW porque le querían cobrar 8 mil pesos de deuda de la patente que jamás había pagado. "¿Te imaginás cuando alguien quiera ir a tocarle algo a (NOMBRE DE GRAN EMPRESARIO)?".
En la Argentina, el último intento más o menos concreto de aplicar un esquema de ese tipo sin hacer demasiadas olas murió el 25 de agosto de 1944. Ese día, ante empresarios, el coronel Perón recomendó que era preferible dar un 30 por ciento antes que perder todo después. “Una riqueza sin estabilidad social puede ser poderosa, pero será siempre frágil". Los sagaces empresarios lo tomaron como una declaración de guerra y ya sabemos lo que sucedió luego.
Los intentos posteriores fueron, digamos, la experiencia de la particular conflictividad de los 70 o si no -ya con el país víctima de una fortísima fragmentación social- "les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo" y casi nada más.
¿Que qué quiero decir con todo esto? No mucho, pero usted que llegó leyendo hasta acá y no abandonó antes puede pensar -si quiere- en algunas de estas cuestiones cuando escuche a algún candidato por TV.
En la Argentina, el último intento más o menos concreto de aplicar un esquema de ese tipo sin hacer demasiadas olas murió el 25 de agosto de 1944. Ese día, ante empresarios, el coronel Perón recomendó que era preferible dar un 30 por ciento antes que perder todo después. “Una riqueza sin estabilidad social puede ser poderosa, pero será siempre frágil". Los sagaces empresarios lo tomaron como una declaración de guerra y ya sabemos lo que sucedió luego.
Los intentos posteriores fueron, digamos, la experiencia de la particular conflictividad de los 70 o si no -ya con el país víctima de una fortísima fragmentación social- "les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo" y casi nada más.
¿Que qué quiero decir con todo esto? No mucho, pero usted que llegó leyendo hasta acá y no abandonó antes puede pensar -si quiere- en algunas de estas cuestiones cuando escuche a algún candidato por TV.
Amigo Escriba, si tiene tiempo y le interesa, le recomiendo este artículo que enlaza la literatura con el "proyecto de un país para todos". A mí me gustó mucho.
ResponderBorrarhttp://www.enfocarte.com/1.12/articulo.html
Un abrazo.
Sabe que yo leí una vez por ahí que el tipo de reformas que usted quiere sólo es posible en el momento en que las externalidades negativas del problema (en este caso la distribución desigual del ingreso) afectan al elector medio. Es decir, para conseguir un proyecto común redistributivo, la clase media, o el común de los mortales tiene que estar involucrado.
ResponderBorrarPara eso tiene que existir clase media, por supuesto, y ser bastante poderosa.
Un saludo
Gracias, Jorge.
ResponderBorrarAna: las clases medias son decisivas para cualquier proyecto político serio en un país como la Argentina, es cierto.
Saludos
De todas maneras me parece que el tema está más presente hoy en la campaña electoral que hace unos años. Es un avance: al menos ahora tipos como Macri y López Murphy hablan a veces de la necesidad de redistribuir.
ResponderBorrarUn saludo
Cierto, Lord. Macri ya redistribuyó para Riquelme...
ResponderBorrarUn abrazo
Concuerdo con el escriba (muy buena ademas la presentación del tema). Me parece que uno puede tener todos los ingredientes pero no saber como se hace la torta. Ahora creo que no tenemos ni la mitad de los ingredientes pero menos idea de la torta. El fracaso de las experiencia socialistas no es joda. No es solo la economía, estúpido. Se trata de cómo volvemos a pegar esto políticamente. Porque si no consolidamso eso, no se como le sacamos dos pesos a los muchachos a los queridos empresarios no?
ResponderBorrarMire, de todo lo que leí desde que se reintegró a estas lides, este tema me pegó bastante. Quizás sea el lugar donde estoy, Brasil, desde donde lo seguimos leyendo porque ud es internacional! El tema que esto que ud dice, de los barrios y las desigualdades en algunos lugares da miedo y mas miedo da, cuando nadie tiene conciencia de lo que pasa y la brecha y la exclusión se sigue ahondando...Para pensar
ResponderBorrarLa matan"c"era (corresponsal en Brasil)
Brigado!!!!
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